Brownies y hongos mágicos fuera de España

En España hay un puente muy bondadoso a principios de diciembre. El 6, 7 y 8 de diciembre no hay clases en ninguna universidad de Madrid y España entera, así que decidí hacer un viaje con unos amigos venezolanos a la tierra de los tulipanes y la marihuana (legalizada).

Tuvimos la oportunidad de conocer Amsterdam, Delft, Rotterdam y Den Haag (La Haya). Lo primero que se nos hizo difícil de ignorar es la cantidad de nieve que había y el frío que hacía. Había nevado un montón esos días, y comparado con Madrid, el frío era insoportable. A pesar de ello, pudimos disfrutar bastante del viaje y hasta tuvimos la oportunidad de drogarnos de manera legal y alguno que otro estuvo a punto de follar legalmente con la prostituta más atractiva y bella que hemos visto en nuestras vidas.



En comparación con España, Holanda no es el país idóneo para ir de copas todos los días y tapear algo para variar. Es muy caro, en comparación, repito. Sin embargo, nunca está de más escapar del frío de la calle y entrar en un cálido bar del centro de Amsterdam para tomar una cerveza negra que reconforte y repotencie para continuar con la caminata de reconocimiento por la ciudad.

Debido a que fuimos a conocer nuevos sitios y culturas, mantuvimos la mente abierta a la hora de entrar en un "coffee shop", los típicos sitios donde se puede conseguir marihuana y brownies graciosos. Eso hicimos y compramos nuestra respectiva ración de porros y brownies. Lo único que puedo decir al respecto es que los porros caen bien al principio, pero si no se está acostumbrado a ellos, las náuseas que puede dar son terribles. Los brownies son otro asunto. Me gustaron tanto que me compré uno por cada día que estuve en Holanda. La sensación no es tan intensa, pero suficiente como para poder reirte del chiste más estúpido que pueda decir uno de tus amigos. Un efecto colateral de los brownies es el hambre atroz que te da cuando acaba el efecto. Recuerdo haber asaltado la nevera de un amigo para robarle una pasta fría y sin salsa alguna y comérmela con las manos, acompañándolo con un delicioso queso holandés (el cual me comí a mordiscos directos). No recuerdo haber disfrutado tanto una comida este año.

También llegamos a ver los maravillosos hongos alucinógenos tan famosos, pero ninguno de nosotros tuvo los cojones para comprar alguno de esos. Hemos visto suficientes vídeos de sus efectos por Youtube que nos han permitido tener un oportuno nivel de respeto hacia ellos.

Otro lugar digno de mención en Holanda (en Amsterdam, para ser más precisos) es el Red Light District. Puedo decir con propiedad que en mi vida he visto putas tan hermosas. Parecían ángeles. Me dañaron la cabeza, se insertaron en mi mente como un troyano informático, que se sigue ejecutando en un ciclo infinito, sin poder finalizar el proceso forzosamente. Debo destacar a una chica, a quien bautizamos Kari, que no pudimos evitar mirar en su vitrina por unos preciosos 3 o 4 minutos. La chica nos hacía señas con su índice para que fuéramos a ella y pasáramos un buen rato. Al ver que no éramos de los fáciles, empezó a esmerarse un poco más, y a hacer movimientos de penetración que nos dejaron estupefactos (ahí se empezó a instalar el troyano). No conforme con ello, agarró una escoba que tenía cerca y empezó a hacer gestos de sexo oral con el palo de la misma. ¡Eso es amor al trabajo, mierda! Por ello la bautizamos Kari, porque no hemos visto persona con más ánimo y carisma en horario laboral. La 'k' en lugar de la 'c' es porque estábamos en Holanda, y allí no se suele utilizar la 'c' con sonidos de 'k'. Ninguno de nosotros hizo nada, pero no porque no tuvieramos ganas o nos diera asco, sino porque todos somos caballeros... y los caballeros no tenemos memoria.

En el otro lado del charco

Pues aquí estoy, después de muchos tropiezos y de estar a punto de perder la beca, estoy en Madrid =).

Los principales problemas con el consulado fueron respecto a la matrícula de la universidad, el seguro internacional, el comprobante de alojamiento y el certificado de salud.

El primero lo resolví por medio de 138472 emails a la universidad. Les envié la resolución de la beca FPI y el Boletín Oficial de las mismas, donde decía que yo era beneficiario de una de esas becas y que estoy excento de pagar los costes de la matrícula del máster. La universidad accedió a darme la matrícula y me la envió en mi casa. Ya con eso el Sr. Cónsul se dejó de quejar.

En cuanto al seguro, pues la beca también incluye un seguro de accidentes, por medio de la inscripción del beneficiario en el régimen de la Seguridad Social de España, nada más y nada menos. La mala noticia es que esto no incluye repatriación de restos. En caso de que muera aquí en España, para el Sr. Cónsul es primordial que mis restos viajen a Venezuela con todos los gastos pagos. Pues la manera fácil de resolver este punto: compré un seguro internacional que incluye repatriación de restos, en American International Seguros. Bueno, bonito y barato.

Para comprobar que tendría adonde llegar aquí en España, tuve que pedir a un familiar que vive aquí que redactara una carta diciendo eso, firmarla, y adjuntar fotocopia de su DNI (ID español). Pero no así de fácil, no no no! Para empezar debe ser original (eso es comprensible). Me tuvieron que enviar esos documentos por DHL, lo cual cuesta unos 40€ >.<. Además, la fotocopia del DNI debe estar compulsada... Sí. Mi familiar tuvo que ir al ayuntamiento a compulsar la jodida copia del DNI. Una compulsa no es nada más que un sello que certifica que la copia que se presenta es fiel al documento original. ¿Y qué se hace si no se tiene un familiar? Pues hay dos opciones: se alquila un piso en España a distancia, y se pide al arrendador que envíe el contrato por correo. La segunda opción es reservar 10 noches de hotel en España. Con el comprobante de reserva (y de pago) les vale. El problema con estas dos opciones es que se necesita tener euros o un buen amigo que te los preste. Yo no tenía ni lo uno ni lo otro, por eso me fui por la otra vía.

En cuanto al certificado de salud, primero hay que hacerse unos exámenes clínicos, por suerte no muy costosos. Son necesarios un exámen de VDRL (sífilis y SIDA), una hematología completa y uno de glicemia. Luego, con los resultados, hay que ir a una Unidad Sanitaria para que te expidan el mentado certificado. Para el Sr. Cónsul es de vital importancia que el certificado sea expedido en una cartulina color amarillo. Es así.

Normalmente, una vez que reciben todos los documentos en el consulado, hay que esperar 5 días para que te den la visa. No fue mi caso =s. Tuve que esperar 3 semanas para que me la dieran!!! Apenas lo tuve, compré pasaje para dos días después. Ni siquiera me dio tiempo de hacer CADIVI viajero -_-, aunque sí pude hacer CADIVI estudiante, pero aún no tengo respuesta de eso. (Para los que no son venezolanos, CADIVI es el organismo que se encarga de gestionar el cambio de divisas. Para nosotros poder cambiar Bolívares a cualquier otra moneda extranjera, debemos pedir un permiso al gobierno, y si andamos con suerte, nos aprueban cierta cantidad para cambiar -_-).

Me fui de Barquisimeto a Maiquetía solo. Me despedí de mis padres y los dejé con sus lágrimas ya cuando las mías estaban a punto de salir. Casi terminaron de salir con todo lo que pasó en Maiquetía. Al hacer el chequeo de mi maleta, tenía un sobrepeso de un par de kilos. Eso me costó unos 300 bolívares (unos 60 dólares) >.<. Por otra parte, no es bueno viajar solo, o que te vean solo en el aeropuerto. La Guardia Nacional Bolivariana me pidió que abriera mi maleta para registrarla. Me tuvieron esperando una media hora, mientras revisaban a otros. Cuando me llegó el turno, me desordenaron todo, pero al darse cuenta que no tenía éxtasis ni ningún gramo de cocaína, me dijeron que debían hacerme una radiografía del torso para ver si no escondía drogas dentro de mi. Así mismo, toma ya!! Peeero, como no todo es fácil, nos tuvieron que llevar en la patrulla hasta el ambulatorio más cercano al aeropuerto, porque no había rayos X disponibles en el aeropuerto para hacer esa radiografía. Con el tráfico, la ida duró una media hora y la vuelta otra media hora. De paso, me pidieron que pagara por mi puta radiografía (que al final no me la pude quedar ni siquiera). 50 bolívares más por ahí (unos 10 dólares)... Luego de que me hacen la puta radiografía, el imbécil señor doctor me dice que me la debe hacer de nuevo, porque se le olvidó colocar la placa hacia donde se proyectan los rayos. Luego de ser sometido a radiación electromagnética una vez más, me dieron mi puta placa y la Guardia me llevó de regreso al aeropuerto. Con todo el tiempo perdido, llegué a la puerta de embarque 10 minutos después de la hora de cierre de la puerte. Por suerte, el vuelo tenía un ligero retraso, por lo que pude embarcar sin problemas.

Ahora, por si no lo recuerdan, estaba con el tiempo justo para llegar a España y hacer los papeleos necesarios para obtener la beca oficialmente. El plazo era hasta el 31 de octubre. Llegué el 29 de octubre a Madrid, y ese mismo día hice los papeleos correspondientes: empadronamiento, afiliación a la Seguridad Social, escaneo y envío de documentos tanto por email como por fax. Suena a mucho ajetro, pero la verdad es que estos trámites los hice en menos de una hora, sin colas, siempre bien atendido. He podido ir a mis primeras clases de máster (llegué en la séptima semana de clases) y estoy poniéndome al día con todos los trabajos que no he hecho. Los profesores han sido muy comprensivos. Desde el momento que pisé Madrid, las cosas empezaron a fluir mejor. Es como si hubiese tenido una nube negra encima de mi todo este tiempo. La nube negra se ha ido... Por los momentos.

Nunca hay nada seguro

Aquí estoy, un desempleado de la República Bolivariana de Venezuela en busca del cambio que todos anhelamos en ciertos momentos de nuestras vidas.

Me ha sido otorgada una beca FPI para irme a estudiar máster y doctorado en Madrid. Sin embargo, el universo pareciera estar en contra de que todo resulte como tiene que ser. Hoy es el día de inicio de clases del máster en Ciencia y Tecnología Informática de la Universidad Carlos III de Madrid, y yo sigo aquí, en mi ciudad, Barquisimeto, desempleado, a la espera de que me lleguen los documentos necesarios para volver por cuarta vez al endemoniado consulado de España en Caracas para ver si no me rebotan.

Hace mes y medio que renuncié a mi empleo en Caracas para poder tomarme unas vacaciones antes de irme a España. Ahora parece que estas vacaciones se extenderán por un tiempo indefinido, si no logro tener mis papeles a tiempo para irme a España. Me han rebotado en el consulado por diversas razones: que la carta de aceptación de la uni no debe ser escaneada sino original; que la fotocopia de la identificación de la persona que te alojará al llegar debe estar compulsada; que no importa que seas becado y que la beca te pague un sueldo y el seguro médico anual, sino que debes comprar un seguro en Venezuela y demostrar que tienes medios económicos suficientes (por suerte los tengo, gracias a la liquidación de lástima que me dieron en aquella empresa que tuvo el látigo sobre mí por un año que parecieron siete). Cada vez que me rebotan porque me falta algún documento en original de parte de España (de la universidad en Madrid, por ejemplo), sé que mi próxima visita al consulado no será sino dentro de dos semanas como mínimo, que es lo que se tarda en llegar un documento de allá a mi casa. Yo sigo a la espera, tranquilo como las aguas en calma (como dice Arya Stark), listo para ir corriendo a Caracas apenas me llegue la documentación que necesito. Mis ansias no se deben simplemente al hecho de que en este momento debería estar en un aula de clases a más de 7000 km de distancia de donde estoy, sino también por el hecho de que si no estoy antes del 1 de noviembre allá, pierdo la beca. Así son las cosas.

A veces no hay que ser tan estresado y no amargarse la vida por cosas que escapan de las posibilidades de uno. Sin embargo, no es fácil evitar sentir impotencia al ver cómo tus planes se desmoronan sin que puedas hacer nada. Ya he intentado llorar con el Sr. Cónsul de los Cojones, con la gente de la universidad en Madrid para que envíe los documentos con la máxima prioridad para que tarde dos días en llegar, en lugar de dos semanas; pero la burocracia no escucha a un simple mortal. Hay que tener siempre un Plan B. Nunca hay que dar las cosas por seguras. Siempre hay que planificar en el caso de cualquier eventualidad, porque dejar algo en manos del destino puede ser una imprudencia grave (el destino puede ser una gran puta a veces). Cuando se quiere algo, hay que moverse y seguir intentando hasta que todo esté perdido, en cuyo caso no se vale desfallecer sino detenerse, aceptar lo inevitable, y seguir andando con la frente bien en alto por la nueva senda del Plan B. Hay quienes dicen que "lo que tenga que venir, vendrá" o que "si no se da es por una razón". No me gusta dejarme llevar por esos decires conformistas. Uno moldea su destino lo mejor que puede, si se esfuerza. Me quedo más bien con la idea de Ted Mosby, de la serie "How I met your mother": "it is meant to be, because I mean it to be!". No sé muy bien como traducirlo pero sería algo como: "¡Está destinado a ser porque así lo quiero!"

Un crack ese Ted... =). Lamentablemente, aún no tengo un Plan B porque mi mente está en España y no tengo cabeza para pensar en un escenario en el cual no estoy en Madrid pronto. Malísima mía... =(

Las cosas van a cambiar

¡Por fin! Ha salido la resolución según la cual seré beneficiario de una beca FPI (Formación del Personal Investigador) durante los próximos 4 años. Me han seleccionado para trabajar en un proyecto en la Universidad Carlos III de Madrid... Eso queda en Madrid. Ahora bien, como no todo puede ser perfecto, bastó que le echara un vistazo por encima a la página del consulado de España en Venezuela para ver que sacarme la jodida visa de estudios será un verdadero suplicio. Ya me lo habían advertido.

Soy un venezolano, ingeniero egresado hace casi un año de la Universidad Simón Bolívar. Siendo explotado durante casi un año en una empresa con un sueldo paupérrimo, pudiendo sólo alquilar una habitación de asco en el centro de Caracas, donde habitan una chica sexualmente hambrienta que no para de calentarme con sus relatos íntimos relacionados con los últimos sueños recurrentes que ha tenido en los que mi persona ha hecho aparición para satisfacer sus más perversos y lujuriosos deseos; un animal-judío (dueño de la vivienda) que gusta de vivir rodeado de la porquería y que mantiene en su cabeza la idea de que la otra inquilina que tiene es una princesa salida de un cuento de hadas (la quesúa loca por que yo le penetre); y por último, un ejército de cucarachas que por suerte no osan entrar en mi habitación puesto que es el único lugar que les puede parecer desagradable en toda la casa... Claro, es el único lugar limpio.

La vida se ha puesto difícil. Los mejores años que he pasado en la vida se acabaron cuando me gradué de la uni y decidí que era hora de valerme por mí mismo y dejar de depender del dinero de mis padres. Hace ya varios meses que no soy feliz, y esta noticia del otorgamiento de la beca para irme a estudiar máster y doctorado en España me ha caído como anillo al dedo, como condón al pene (como diría coloquialmente con mis amigos). Ya he anunciado en la empresa que en un mes dejaré de trabajar para tomar un merecido descanso antes de poder emprender mi viaje. Ahora me pongo manos a la obra para cumplir con todos y cada uno de los exigentes requisitos que debo cumplimentar para conseguir mi visado y poder partir de una vez por todas al viejo continente.

Las ansias gobiernan mi estado de ánimo diario. Pero para bien... Las cosas cambiarán. =)