Nostalgia en Madrid

Han pasado muchas cosas desde mi último post. En ese momento pensaba que todo estaba perdido en relación a Marina (la bella). Pero sólo cuando uno deja de esforzarse tanto y se siente resignado, es cuando empiezan a salir bien las cosas. Nos hicimos amigos, y seguimos saliendo a pasear, a fiestas, al cine. Primero en grupos grandes, luego en grupos más pequeños, hasta que sin darme cuenta, empezamos a salir ella y yo solos. Las cosas sucedieron relativamente rápido. Un día fuimos a la misma discoteca latina en donde había sucedido el desastre. Y sucedió el milagro. Nos besamos con intensidad frenética. Uno de los mejores besos de mi vida, sinceramente, a mis 23 años.

Así pasaron nuestro días. Tenía una amiga-novia alemana, estaba avanzando poco a poco con mi tésis de máster, y en las asignaturas me iba aceptablemente bien. Pero nada es para siempre, y cuando se trata de relacionarse con gente Erasmus, la mayoría de las veces es mejor no dejar al amor ser parte del juego (se han visto casos en lo que eso no es cierto, pero son pocos). Hoy 30 de marzo, la bella regresa a su Alemania de las bratwurst y las cervezas de trigo. He quedado en visitarla en verano, así como quien visita a una amiga. Ya no somos "novios" ni nada parecido. Tuvimos una charla al respecto, en la que ella marcó la pauta. La verdad es que los alemanes tienen una mente bastante fría y calculadora, lo cual es bueno casi siempre, pero para esta alma cálida y caribeña eso le sienta muy mal. Me dijo que lo nuestro no tenía futuro alguno. Que yo estaré aquí por lo menos 3 años y medio más por mi doctorado, y ella estará en Alemania graduándose e iniciando un máster o trabajando allá. Las relaciones a distancia son una mala, mala, mala idea. De nuevo, hay excepciones, siempre las hay, pero de 100 relaciones amorosas a distancia, las que tienen éxito las podría contar con los dedos de mi mano derecha.

La extraño. Un montón. Pero todo continúa y tengo cosas importantes que hacer. Estoy a mitad del último cuatrimestre de mi máster y en paralelo debo llevar a cabo mi tésis de máster o TFM (Trabajo de Fin de Máster). Mi estrategia será aplicarme bastante a los estudios, y seguir saliendo y conociendo lugares y gente. Madrid es un lugar perfecto para las almas desoladas, ya que las acoge y reconforta con su carácter cosmopolita y divertido. Además, tengo un viaje planeado para Bélgica pronto, para visitar a una amiga venezolana que hace su doctorado allí. Sería el tercer país Europeo que llegara a conocer.

Nada es para siempre, pero todo continúa.

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