Recorriendo el Sendero de la Iluminación

Esta vez tocó Roma. Pude viajar a mediados de julio a la ciudad antigua, y la verdad es que es maravillosa. Desafortunadamente, no la pude disfrutar en todo su esplendor por culpa del jodidísimo calor que azota a la Bella Roma en verano. Sin embargo, el puto sol ardiente no me impidió realizar el tan misterioso y desafiante Sendero de la Iluminación. Ya saben que soy un friki y que me gustan las historias. Pues esa de Dan Brown, Ángeles y Demonios, me encantó, y desde el día que la leí me dije a mi mismo: tengo que ir a Roma. Una buena cantidad de años después (creo que 6), lo logré.

El primer altar de la ciencia fue la Iglesia de Santa María del Popolo, donde, en la novela, asesinan al primer Preferitti ahogándole con tierra.



Pude pasar por el Vaticano. Ya seas creyente o no, vale la pena un montón hacerle una visita. Esta imagen es la Plaza de San Pedro, una de las más grandes del mundo, y segundo altar de la ciencia, por cierto. Aire, es el elemento que toma partido en esta muerte horrorosa: le perforan los pulmones al segundo Preferitti.


Por supuesto, no se puede dejar de visitar el Coliseo Romano. Es increíble cómo abruma caminar al lado de tanta historia. Las piedras del Coliseo absorben bastante calor, así que fue aquí donde me sentí más a gusto en cuanto al clima. Muy agradable. A unos metros de allí empieza el Foro Romano y el Palatino. Vale la pena también, claro que sí; es sólo que alli es donde el putísimo calor más puede perforar las almas de los entusiastas caminantes. Terrible, el calor que hace en julio en Roma.

Luego fui a visitar el tercer altar de la ciencia. Fuego. En la Iglesia de Santa María de la Vittoria es donde queman vivo al pobre tercer Preferitti. La imagen es de una de las esculturas que más curiosidad me daba, ya que Dan Brown le da mucha importancia. Es la escultura del Éxtasis de Santa Teresa, en la que un Ángel cachondo atraviesa a Santa Teresa con una flecha "celestial", causándole a esta útima un orgasmo brutal.



Por último, el cuarto altar de la ciencia es la Plaza Navona, donde el cuarto Preferitti es ahogado en la fuente. Agua. Por cierto, que el director de la película basada en el libro, Ron Howard, le da un giro inesperado al permitir que el protagonista, Robert Langdon, pudiera rescatar a este Preferitti, que finalmente se convierte en Papa. Eso no ocurre en el libro.



Hay mucho que hacer en Roma, seguro que sí. Pero yo me enfoqué en recorrer el Sendero, y en el camino, conocí más de lo que conoció el atribulado Robert Langdon. Claro, no había un asesino hijo de puta matando gente barbáricamente y escapando siempre por los pelos.



Esa de arriba es la Iglesia de la Iluminación, el Castillo Sant'Angello final del recorrido. Vale acotar que la paloma que está en la cima del obelisco de la fuente de la Plaza Navona, apunta al castillo con su pico.